Crece la demanda de agrimensores en la Provincia de Buenos Aires

Casi no se consiguen debido a la explosión del negocio inmobiliario. Cada profesional realiza 20 trabajos por mes. Buscan hacer una campaña muy fuerte de promoción de la carrera universitaria.

Debido al crecimiento demográfico y a la explosión del negocio inmobiliario, la demanda laboral de los especialistas de la agrimensura se incrementó en un 56% en los últimos 5 años. Llevado a términos prácticos, el dato representa que se realicen más de 150 mil gestiones anuales sólo en la provincia de Buenos Aires.
Ante este panorama Norberto Fernandino, presidente del Consejo Profesional de Agrimensura de la provincia de Buenos Aires, considera que “este aumento en la demanda de profesionales del área está inscripto en el crecimiento del país. Ante una mayor actividad económica, y un aumento en la construcción, los agrimensores han visto crecer la demanda laboral”. Para enfrentar esta situación, desde el Consejo se lleva adelante una política de cooperación con las principales Universidades de la Provincia.
En los últimos años los pedidos de habilitación de construcciones que se presentan en la dirección de Obras Particulares de la Municipalidad han aumentado a un ritmo del 20% anual. De esta manera, el negocio inmobiliario obtuvo mayores rentabilidades que el sector financiero, lo que repercutió en una marcada evolución de esta área. Evolución que se mantiene: según los índices del mes de marzo, la actividad de la construcción creció un 11,5.
Además, el crecimiento demográfico del país y de los centros urbanos, aumenta la necesidad de tierras y en consecuencia su delimitación, tarea que corresponde a los agrimensores.
El trabajo de un agrimensor es necesario para todas las gestiones referentes a la mensura de los espacios de construcción: desde los fraccionamientos en los barrios cerrados, hasta la regularización de los asentamientos marginales.
En la provincia de Buenos Aires hay unos 1.200 agrimensores para atender a los 134 municipios que la integran. El trabajo más requerido es el “estado parcelario”, o sea aquel que se realiza con la compra-venta de cualquier inmueble o terreno. Según el área de prensa del Consejo Profesional de Agrimensura (CPA), en un año se requirieron 150 mil de estas gestiones.
“Estas necesidades han sido cubiertas con suma dificultad por los agrimensores en ejercicio y apenas se ha llegado a dar respuesta a los requerimiento de los organismo públicos, tanto municipales como provinciales”, explican desde el CPA.
Ante este panorama, Fernandino analiza que “en las últimas décadas las carreras más duras como ingeniería o agrimensura, habían perdido matrícula; por un lado por su complejidad, pero sobre todo porque después de transitar una carrera tan difícil no había una perspectiva de trabajo asegurada”.
Sin embargo, asegura que ya se están tomando medidas en este sentido: “Ahora estamos haciendo una campaña de promoción muy fuerte de la carrera, además de apoyar y aportar a las universidades con equipamiento de última generación. Esto permitiría a los egresados estar más preparados para ingresar en el mercado laboral”.